Pottoka es una raza de Euskal Herria. Es un animal esbelto y fuerte. Muy bien adecuado al entorno de Euskal Herria y a la vez reforzado y moldeado a consecuencia de este entorno especial. Habitante en nuestras montañas y valles desde la Era Paleolítica (40.000 a.c.). Son testigos de ello las bellas imágenes de las cuevas Ekain y Santimamiñe. Hasta ahora ha sido un ayudante leal y trabajador en el día y día y el desarrollo. La pottoka ha jugado un papel importarte desde hace tiempo en la tradición y los mitos de Euskal Herria. Todo ello y la propia personalidad de la raza y su antigüedad hacen especial a la pottoka.

A pesar de que la palabra pottoka en euskara sirva para denominar cualquier cría de animal, empezó a utilizarse para denominar a las crías de caballos y finalmente se ha adherido a esta especial raza.

Algunos dibujos e imágenes de Euskal Herria (Ekain, Etxeberri,Santimamiñe...) tienen como principal tema la cabeza de caballo, presa favorita de los cazadores de la edad Madgaleniense.Aparece la pottoka también en varios dibujos realizados en los huesos. Estos datos nos hacen pensar que la pottoka ha vivido en las montañas de Euskal Herria desde la Era Paleolítica. Por ello, pueden ser el testimonio de los caballos de la prehistoria, raza que ha perdurado hasta día de hoy y cuenta con carácteres zootécnicos especiales.

La pottoka ha tenido varios usos a lo largo de la historia. Es un animal bien constituido, tiene medidas intermedias y proporcionadas y cuerpo musculoso y fuerte. De carácter, en cambio, son rápidos, fieles y muy resistentes. Por todas estas características ha sido utilizado para varias funciones: la monta, la caza y las guerras, tira del carro y trabajos agrónomos, tira de los vagones mineros, siembra de granos, para carne (cruzado con los caballos burguete), exportaciones extranjeras (ejército de la India) y últimamente aparte de ser utilizado para mantener limpios los prados y las montañas, puede ser visto en varias actividades de equitación.

A pesar de ser un animal extraordinario para las actividades antes mencionadas, hoy en día es un animal en peligro de extinción. A día de hoy ha sido marginado a las montañas y rincones inútiles por varias razones: la modernidad, la mecanización de los trabajos agrícolas, la propiedad privada de las montañas y las tierras y su utilidad productiva, la propia raza y la falta de mercado para sus productos.

A pesar de ello, hay que decir que hoy en día la raza está mejorando en calidad y cantidad gracias a las medidas de protección, en este sentido tienen mucho que decir las asociaciones que se han creado con dicho propósito.

Pottoka es un animal vivo y rápido. Elegante. Tiene un paso limpio y carácter firme. De un gran temple, pero a la vez prudente. La pottoka ha vivido libre en la naturaleza, por lo que tiene muy desarrollado el instinto defensivo y de supervivencia.

Es un caballo social acostumbrado a vivir en grupo. El grupo normalmente está formado por 10-15 hembras y sus respectivos machos. Las relaciones entre ambos son muy especiales y a principios de primavera y verano se refuerzan. Cada grupo suele vivir en su territorio. Las tradiciones se renuevas de generación en generación, la topografía, el microclima y los conocimientos sobre las plantas son transmitidos de unos a otros.

El macho monta a todas las yeguas en primavera-verano, desde comienzos de marzo hasta finales de agosto. Alejándose un poco del grupo siempre vigila las yeguas atentamente, para que ningún otro macho se acerce.
Hay amistades entre las yeguas, debido al tiempo que llevan en el grupo. Las pottokas tienen unos sistemas de comunicación excelentes. Algunos son orales, ronquidos amistosos y relinchos de miedo y enfado, por ejemplo. A pesar de ello, la mayoría son signos o sistemas de comunicación hechos con el cuerpo; los movimientos de cola y orejas expresan odio, amenaza, curiosidad, duda y pasión.

En cada grupo hay una yegua que tiene el papel de guía. Normalmente suele ser la yegua más vieja y con más experiencia. Las demás la siguen, mediante movimientos coordinados.

Desde siempre la pottoka ha escapado del hombre. Para el hombre, ha sido un animal de caza escondido en el bosque. Cuando el hombre pasó de ser cazador/recolector de plantas a pastor/productor, empezó a interesarse por dicho animal, y por consiguiente, el modo de vida de este pequeño caballo también ha ido cambiando.

 

Aunque en la antigüedad la pottoka haya sido un animal salvaje, a medida que ha pasado el tiempo y a pesar de haber vivido en libertad, ha llegado a convertirse en patrimonio del hombre y utilizado para la compraventa.
La pottoka tiene algunas características que no tienen otras razas, perfectas para adecuarse al entorno: maternidad, rusticidad, carácter, gratitud, facilidad de aprendizaje, adecuado para la cría, fertilidad, características morfológicas especiales, hermosura, mantenimiento fácil y barato, etc. Estas son las características que diferencian la pottoka de otras razas y las que proporcionan a Euskal Herria gran valor añadido. Tenemos un gran patrimonio genético entre manos y no lo podemos dejar escapar de ninguna manera.

Los últimos 10 años ha cambiado mucho la situación de las pottokas. Gracias al trabajo de los ganaderos han credido las reses de esta raza y hoy en día hay 700 inscritos en el libro genealógico recién cerrado. Además, se están preparando para la monta y los recorridos de pottokas están creando gran afición.

Gracias a sus características etológicas se trata de una raza que tiene grandes habilidades para la cría de caballos y para otras actividades (hipoterapia, hipoturismo...) De este modo, podemos decir que se trata de una inmejorable raza para que los niños aprendan a montar. Además se garantiza su cría natural, ya que la actitud social de la pottoka garantiza el éxito de dicho sistema. Gracias a su estatura y su carácter, es ideal para los niños como poney, y en muchos casos puede valer también para personas adultas. Es un caballo de movimientos armónicos y equilibrados, apropiado sin duda, para que las personas lo monten.
Es un animal excepcional para que tire del carro, pero debido a la orografía de Euskal Herria no se le augura mucho futuro a dicha actividad.

No se puede dejar de lado la F1 que pudiera darse al cruzar la Pottoka con otras razas. El cruce entre la raza arábiga y la Pottoka por ejemplo, ya que puede ser un animal adecuado para las carreras "raid", por la estatura y la capacidad para correr del arábigo, y la rusticidad y resistencia de la pottoka. Cruzándolo con el garaño de la raza burguete en cambio, podríamos tener un caballo que valdría para carnes.

No hay que decir que su rusticidad, adaptación y las pocas exigencias alimenticias hacen de él un animal fácil y barato, y al mismo tiempo adecuado para limpiar y mantener las montañas y prados de poca calidad.